sábado, 12 de agosto de 2023

Un rey por votación

En España hemos tenido todo tipo de reyes, de la mayoría de ellos mejor no hablar, e incluso tuvimos lo que pocas veces se da, un rey elegido por votación, de las Cortes, claro.
Después de la Revolución del año 1868 y la salida de España para Francia de la reina Isabel II, estuvieron pensando en quien gobernaría el país, que entre unos y otros la cosa no estaba muy clara y cada cual tiraba para su bando, y al final  decidieron que fueran las Cortes las que designaran al gobernante.
El 16 de noviembre de 1870 se reúnen las Cortes y entre todas las opciones presentadas se termina eligiendo a Amadeo de Saboya como rey de España.
El resultado de las votaciones fue el siguiente:
Amadeo obtuvo 191 votos, el duque de Montpensier 28, Espartero 8, República Federal 60, 1 la duquesa de Montpensier, hermana de Isabel II y 2 el príncipe Alfonso, que luego sería Alfonso XII. 20 Diputados votaron en blanco.
Amadeo de Saboya y la reina María Victoria
Después de las votaciones solo quedaba proclamar rey al elegido, que además había nacido en Turín y ni hablaba español, ni tenía ni idea de lo que era España. De hecho se cuenta que llegó a preguntarle a su padre, que era el que lo había propuesto, ¿A qué queréis que vaya a Madrid?.
Fue proclamado rey el día 2 de enero del año 1871, pero no todos los españoles, lo apoyaban, y los que menos los nobles, religiosos y militares. El padre Luis Coloma, en su libro Pequeñeces, escribe sobre el trato que algunos sectores daban al rey:
La gente se alejaba de palacio; solo lo pisaban el elemento oficial, los asalariados y los pretendientes. La aristocracia, el clero y las altas dignidades del ejército huían de Amadeo.
Estuvo reinando dos años con más conflictos que alegrías, sin que pudiera solucionar ninguno de los problemas del país y con otros nuevos que se le crearon.
El 19 de julio de 1872 sufre un intento de asesinato y bastante angustiado se cuenta que declaró una frase que dicha o no por él, define perfectamente la situación: No entiendo nada, esto es una jaula de locos.
Claro que la situación se hizo tan insostenible que el día 11 de febrero del año 1873 el rey Amadeo I decide abdicar, o lo empujan a hacerlo, y lo hace sin ni siquiera presentarse en el Congreso, sino que presenta un acta de abdicación y parte con su familia para Portugal, y de aquí a Italia, terminando la historia del rey que fue elegido por las Cortes.

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