Pues resulta que no, qué Fernando
III no es santo, bueno que no está dentro del santoral católico aprobado por el
Vaticano.
¿Qué cómo es esa historia? Pues
que el rey de España, en este caso Felipe IV, como quería tener un rey español que
fuese Santo, eligió a Fernando III. Se cuenta que la razón era que, si Francia
tenía a San Luis, él quería también tener un santo.
Fue el año 1623 cuando se decidió solicitar al Vaticano la canonización del rey, pero los papas parece que no estaban por la labor y tuvieron que pasar 48 años y unos pocos papas hasta que el 7 de febrero de 1671 el Papa Clemente X ya un poco cansado de los reyes españoles decretó, que no canonizó, la autorización del culto a los reinos de su Majestad y a la iglesia de Santiago de Roma, que tradicionalmente es la iglesia de los españoles.
Así que, aunque se celebre el 30 de mayo su día, aunque sea patrón de Sevilla, nunca fue canonizado por la iglesia católica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario