El día 26 de junio del año 1911 se celebra en Madrid, en el Frontón Central, el primer combate de boxeo que tuvo lugar en España.
Hasta ese momento el boxeo era un deporte desconocido e incluso en los periódicos se anunciaba de una forma un tanto peculiar ya que lo calificaban como un “espectáculo exótico”.
Parece ser que a pesar de la expectación e incluso de la participación de Frank Croizier, campeón mundial de todos los pesos, el frontón contó con poco público, pero esos mismos periódicos de la época achacaban la falta de público debido sobre todo a lo exorbitado de los precios a que se pusieron las entradas.
En el Team International the boxe Anglaise, participaron un total de nueve campeones de varios países.
Los periódicos de la época hicieron un desaforado ataque al nuevo espectáculo al que calificaban de bárbaro y a tanto llegó que los diputados por Madrid se reunieron en una de las secciones del Congreso, para ocuparse de las funciones de boxeo que estaban dando, acordando pedir al gobierno que se prohíba por creerlo bárbaro y cruel.
Después de la sesión se acordó que los diputados Pablo Iglesias, Azcárate y conde de Santa Engracia, visitaran al ministro interino de la Gobernación para rogarle que prohibieran las luchas de boxeo que se venían celebrando.
El ministro, que estuvo de acuerdo con la opinión de sus visitantes, les ofreció transmitir al jefe superior de policía las órdenes oportunas para prohibir el espectáculo recién estrenado varios días antes.
Hasta ese momento el boxeo era un deporte desconocido e incluso en los periódicos se anunciaba de una forma un tanto peculiar ya que lo calificaban como un “espectáculo exótico”.
Parece ser que a pesar de la expectación e incluso de la participación de Frank Croizier, campeón mundial de todos los pesos, el frontón contó con poco público, pero esos mismos periódicos de la época achacaban la falta de público debido sobre todo a lo exorbitado de los precios a que se pusieron las entradas.
En el Team International the boxe Anglaise, participaron un total de nueve campeones de varios países.
Los periódicos de la época hicieron un desaforado ataque al nuevo espectáculo al que calificaban de bárbaro y a tanto llegó que los diputados por Madrid se reunieron en una de las secciones del Congreso, para ocuparse de las funciones de boxeo que estaban dando, acordando pedir al gobierno que se prohíba por creerlo bárbaro y cruel.
Después de la sesión se acordó que los diputados Pablo Iglesias, Azcárate y conde de Santa Engracia, visitaran al ministro interino de la Gobernación para rogarle que prohibieran las luchas de boxeo que se venían celebrando.
El ministro, que estuvo de acuerdo con la opinión de sus visitantes, les ofreció transmitir al jefe superior de policía las órdenes oportunas para prohibir el espectáculo recién estrenado varios días antes.
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