El invento de las lentes como tales se atribuye a un fraile dominico del convento de Santa Catalina de la ciudad de Pisa llamado Alessandro della Spina es a quien se le atribuye el invento de las gafas, allá por los últimos años del siglo XIII.
Al principio los llamaban roidi da ogli, que viene a significar discos para los ojos y sobre todo sirvieron para que mejoraran los trabajos de los artesanos que elaboraban trabajos de precisión y el éxito fue tan grande que durante muchos años el gremio de vidrieros de Venecia se enriqueció al controlar la fabricación de las lentes.
Otros comentan que no fue el fraile el inventor, sino un amigo florentino Salvino degli Armati, el que realizando sus trabajos sobre la refracción de la luz le debilitaron la vista y al tratar de remediar este problema, sobre el año 1280 dio con unos cristales que al ponerle un tipo de grosor y curvatura ampliaban los objetos.
Parece ser que por algunas circunstancias Salvino no quería contar su descubrimiento, pero al contárselo a su amigo el fraile Alessandro della Spina, fue el que lo contó.
En Pisa encontramos incluso un hotel con el nombre de Alessandro de la Espina.
Al principio los llamaban roidi da ogli, que viene a significar discos para los ojos y sobre todo sirvieron para que mejoraran los trabajos de los artesanos que elaboraban trabajos de precisión y el éxito fue tan grande que durante muchos años el gremio de vidrieros de Venecia se enriqueció al controlar la fabricación de las lentes.
Otros comentan que no fue el fraile el inventor, sino un amigo florentino Salvino degli Armati, el que realizando sus trabajos sobre la refracción de la luz le debilitaron la vista y al tratar de remediar este problema, sobre el año 1280 dio con unos cristales que al ponerle un tipo de grosor y curvatura ampliaban los objetos.
Parece ser que por algunas circunstancias Salvino no quería contar su descubrimiento, pero al contárselo a su amigo el fraile Alessandro della Spina, fue el que lo contó.
En Pisa encontramos incluso un hotel con el nombre de Alessandro de la Espina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario