Según lo que he encontrado en libros,
parece que esta anécdota no es real, aunque se ha repetido y repetido a lo
largo del tiempo y merece ser contada por divertida.
Cuentan que durante la
celebración de una fiesta, Wolfgang Amadeus Mozart dijo que sería capaz de
escribir en ese momento una pieza que el también músico Franz Joseph Haydn, que se
encontraba allí y además eran amigos, no sería capaz de tocar.
Haydn parece ser que acepto el
reto, e incluso dicen que se jugaron una caja de champan, pero cuando colocó la
partitura en el atril y se puso a tocar el piano, se dio cuenta que tenía cada
mano en un extremo del piano y que la nota que debía pulsar estaba en el
centro, por lo que tuvo que reconocer la incapacidad para tocarla.
Mozart se puso ante el piano y
ante la misma situación, se agachó y pulsó la tecla con la nariz y se cuenta
que dijo a su adversario: Veis, amigo mío, era una cuestión de narices.
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