La monja alférez

Uno de esos personajes curiosos y llenos de misterio de la historia de España es Catalina de Erauso, más conocida como la monja Alferez.
Nace en San Sebastián el año 1592 y siendo aun muy jovencita fue internada en un convento de su ciudad, de donde se escapó cuando contaba 15 años y era aun novicia, disfrazada de campesino.
Estuvo un tiempo de pueblo en pueblo disfrazada de hombre, con el pelo y utilizando varios nombres: Pedro de Orive, Francisco de Loyola, Alonso Díaz, Ramírez de Guzmán o Antonio de Erauso.
Desde Sanlúcar de Barrameda embarcó como grumete en un barco para América y en Perú se alistó como soldado bajo el mando de distintos capitanes y en varios lugares, llegando a ganar fama de valiente y hábil con las armas alcanzando el grado de alférez.
El año 1623 al tener una disputa en Perú, es detenida y para evitar ser ejecutada pide clemencia al obispo, al que le cuenta que es una mujer, comprobándose que era cierto, por lo que fue enviada a España, donde es recibida por el rey Felipe IV que le mantiene la graduación de alférez, permitiéndole emplear su nombre masculino.
La monja alférez visita al papa Ubano VIII que le autorizó a continuar vistiendo de hombre.
Ya el año 1630 se instala en México regentando un negocio de transporte de mercancías entre Ciudad de México y Veracruz.
Murió el año 1650 transportando una carga en un bote, pero antes había escrito sus memorias que fueron publicadas en París el año 1829.

Nota: El cuadro de la Monja Alferez fue realizado por el pintor sanluqueño Francisco Pacheco el año 1630.