Felipe V, que nació en Versalles
el 19 de diciembre de 1683 y murió en Madrid el 9 de julio de 1746, el primer
rey Borbón que llegó a España, era por llamarlo de alguna forma fina un tanto excéntrico.
Si tenemos en cuenta que lo había
sido siempre a lo largo de su vida, cuando se fue haciendo mayor, las excentricidades
fueron en aumento, de forma que se
pasaba la mayor parte del día en la habitación, en la cama y con unos horarios
que podían acabar de desesperar a cualquiera.
Normalmente el rey tomaba la cena
a las cinco de la madrugada. Se acostaba sobre
las siete de la mañana, para a
las doce del medio día desayunar.
A la una ya se levantaba, y se
vestía, escuchaba la misa de la mañana a las tres de la tarde, y luego ya
almorzaba.
Pero las horas de la tardes
tampoco las dedicaba a los trabajos de su rango, sino que lee o le leen, se
entretiene con la colección de relojes o simplemente mira por la ventana.
¿Qué a qué hora se reunía o despachaba
con sus ministros?. Pues a partir de las dos de la madrugada, que supongo que
los ministros y el personal del palacio terminarían acordándose de su real
padre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario