Cuentan, no sé si será verdad o una de esas frases adjudicadas, que el rey Felipe II, dijo de su hijo Felipe III, “Dios me ha dado tantos reinos me niega un hijo capaz de gobernarlos”.
Claro que, si no fuese verdad,
merecería la pena que lo fuese, porque en España el que gobernó e hizo lo que
le dio la gana mientras que reinó Felipe III fue su ministro y válido el duque
de Lerma, que para hacer una operación de especulación urbanística convenció al
rey de cambiar la capital de España de Madrid a Valladolid, con todo lo que
ello significaba, porque primero compró en Valladolid casas baratas.
Aunque es conocido como el
Piadoso, se le podría llamar también como el Ludópata, debido a las grandes
cantidades de dinero que perdía jugando a las cartas con importantes
cortesanos.
La verdad es que así sería el
hijo cuando un padre se atreve a decir esa frase que al final tuvo razón cuando
la dijo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario