Cuando los franceses llegan a
España, la familia real española pica billete a Bayona, tanto Carlos IV como
Fernando VII, y allí, mientras los españoles estaban fastidiados con las
guerras y las guerrillas, ellos andaban de vacaciones pagadas por Napoleón e
incluso el entonces príncipe tenía la poca vergüenza de felicitar al emperador
francés cuando ganaba una batalla a los españoles.
Como curiosidad decir que a la
familia real española se le puso a su disposición una gran biblioteca para que
pudieran leer lo que quisieran, pero la sorpresa de Napoleón fue cuando se
vinieron para España y observó que no habían leído, abierto, ni tocado ni un
solo libro, claro que debemos tener en cuenta que Carlos IV lo que hacía con
total perfección eran las manualidades, los bordados y la calceta, y claro que
así nos iba en este país llamado España.
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