Siempre se ha contado que Carlos III era un rey bueno o lo llegan a llamar el rey ilustrado, que admiraba plástica, la estética, la belleza y se la ha puesto como modelo.
Pues entre las últimas
disposiciones que hizo el ilustrado Carlos III estuvo la de destruir todos los
cuadros de Tiziano, Rubens Durero y otros autores de la colección real porque
estaban desnudos.
Todos los desnudos los destruyó
por una cuestión de pudor, y los que se salvaron fueron porque los salvaron
otros.
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