Cuenta Gregorio Marañón en su libro Antonio Pérez, una anécdota que os paso a contar. Se dice que en una ocasión el duque de Alba, Fernando Álvarez de Toledo, debía de estar un poco hasta las narices de cómo actuaba el rey Felipe II con él y entonces le comenta Antonio Pérez lo siguiente:
Los reyes hacen con los hombres
lo que con las naranjas les exprimen el jugo y los tiran.
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