En la catedral de Santiago de Compostela podemos contemplar los famosos botafumeiros.
La traducción castellana de esta palabra podría ser la de “echahumos”, y el origen de ellos esta necesidad de purificar el ambiente y enmascarar los olores en el santuario producido por el hacinamiento de peregrinos. Estos, después de varios meses de caminata, llegaban sucios y malolientes a Santiago, como podéis imaginar.
La traducción castellana de esta palabra podría ser la de “echahumos”, y el origen de ellos esta necesidad de purificar el ambiente y enmascarar los olores en el santuario producido por el hacinamiento de peregrinos. Estos, después de varios meses de caminata, llegaban sucios y malolientes a Santiago, como podéis imaginar.
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