El año 45 adC, Julio Cesar encargó al astrónomo y filósofo alejandrino Sisígenes la reforma del calendario romano que existía en ese momento.
Al hacer los cálculos, a Sisígenes le salió el calendario solar que fijaba el año en 365 días y seis horas, que además era un cálculo muy exacto para los instrumentos que en aquella época tenían para medirlo, ya que el margen de error fue estimado tan sólo en 11 minutos y 9 segundos al año.
Este es el denominado calendario juliano que al tener 365 días y 6 horas, se acordó que cada cuatro años tuviera un día más que serviría de ajuste para que no se fuesen acumulado días, como había ocurrido hasta ese momento.
Se dispuso repetir un día y este fue el 23 de febrero, que era el denominado sexto calendas martii, y por ello el siguiente era el llamado bis-sexto calendas martii y de este nombre es de donde viene la denominación de bisiesto para el año que cuenta con un día mas.
Al hacer los cálculos, a Sisígenes le salió el calendario solar que fijaba el año en 365 días y seis horas, que además era un cálculo muy exacto para los instrumentos que en aquella época tenían para medirlo, ya que el margen de error fue estimado tan sólo en 11 minutos y 9 segundos al año.
Este es el denominado calendario juliano que al tener 365 días y 6 horas, se acordó que cada cuatro años tuviera un día más que serviría de ajuste para que no se fuesen acumulado días, como había ocurrido hasta ese momento.
Se dispuso repetir un día y este fue el 23 de febrero, que era el denominado sexto calendas martii, y por ello el siguiente era el llamado bis-sexto calendas martii y de este nombre es de donde viene la denominación de bisiesto para el año que cuenta con un día mas.
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