Santiago Ramón y Cajal nació en
Petilla de Aragón, Navarra el 1 de mayo de 1852, y falleció en Madrid el 17 de
octubre de 1934.
Todos conocemos que Ramón y Cajal,
premio Nobel de Medicina el año 1906, fue uno de los médicos más reconocidos de
la medicina moderna, que recibió el premio por sus descubrimientos y estudios
sobre cómo trabajan las neuronas y como llegan a degenerar con el paso del
tiempo.
Aunque tenemos una imagen de un
Ramón y Cajal sesudo, con un perfil de sabio ya mayor y hasta podemos decir que
un tanto enclenque, también porque es la imagen que de él se nos ha dado en películas,
series de televisión o fotografía de su última época.
Pero pocos conocen que el médico
en su juventud fue culturista y poseía un cuerpo musculoso, incluso obsesionado
por los gimnasios, concretamente a un gimnasio de Zaragoza, donde parece que
llegó después de que en un enfrentamiento con un amigo en un pulso que perdió y
que hirió su ego de niño enclenque, por lo que decidió entrenarse para que no
volviera a suceder.
Él mismo hace una descripción de
cómo era en su juventud:
“…ancho de espaldas, con
pectorales monstruosos, mi circunferencia torácica excedía de los 112 centímetros,
y al andar mostraba esa inelegancia y contorneo rítmico característico de los
forzudos o Hércules de Feria…”
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