Carlos III, hijo de Felipe V y su segunda
mujer, Isabel Farnesio, fue rey de España desde el 10 de agosto de 1759 hasta
el 14 de diciembre de 1788, en que falleció.
Cuentan que en tiempos de este rey, al que
también denominan como el mejor alcalde de Madrid, las calles de la villa
estaban bastante sucias y cochambrosas, por llamarlo de una forma fina, imagino
que sobre todo por la famosa frase del “agua vaaaa”, que seguramente habremos
visto en multitud de películas, series o leído en libros, porque además del
agua iba todo lo demás.
Cuentan que los médicos de la villa preocupados
por la salubridad de la ciudad, aconsejaron al rey que se limpiasen por “los
emanaciones de los detritos templaban el aire, que era frío y fino en demasía”.
Cuando los médicos fueron a contárselo al
rey, que tampoco debía ser muy limpio como no lo era en esa época casi nadie,
ni tener un gran sentido de la limpieza, se dice que contestó:
- Que se limpien las calles, y si de ello
viniere algún mal, con volverlas a ensuciarlas estará el problema resuelto.
Como vemos, el rey tampoco creía mucho en la
solución de la limpieza.
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