No sé cuántas películas,
reportajes, documentales habremos visto sobre los gladiadores romanos, que era
uno de los espectáculos que más disfrutaban los ciudadanos de la Antigua Roma.
Pero hay algunas cosas que no nos
han contado en las películas y es que era una costumbre bastante extendida
consumir la sangre de los gladiadores que habían muerto en la arena, sobre todo
aquellas personas que sufrían epilepsia, porque decían que esa sangre curaba la
enfermedad.
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